jueves, 12 de mayo de 2011

Hoy sigo odiando todo.

Picture unrelated
Gasté demasiado tiempo imaginando o fantaseando con qué es lo que podría haber pasado para que de un día para otro girasen los engranajes de mi cabeza, o tal vez, del mundo, para crear el actual ambiente tan odiosamente insufrible que no me aporta nada capaz de satisfacerme en lo más mínimo. Puede esto sonar a fruslería emo, es cierto. ¡Pero no! Poco tiene que ver con fallos sentimentales, no importa de estos el tipo. Es más bien una enemistad bastante peculiar surgida de quién sabe dónde entre el entorno en general y yo. Pero el entorno no tiene nada en mi contra. Soy yo, la que está en contra del mismo y no puede encontrarle parte positiva. Diría yo que vendría a ser el opuesto al emo, el cual es la desvalida mulita y la sociedad el cazador dispuesto a cortar cogote. 
Pregúntome yo: ¿Habré pisado justo aquella baldosa, compuesta por un pixel defectuoso que me buggeó la vida y me hizo entrar en un error crítico eterno? Dentro de poco podría empezar a ver en tonos rasposos de violeta y verde. Las figuras comenzarían a desencajarse entre sí y todo sonido se transformaría en un tortuoso pitido como de 16 bits. ¿Habrá sido la puerta del baño liceal un portal a una dimensión que simula ser idéntica a la original pero provoca que todo a mi alrededor genere una disconformidad absoluta y constante? ¿Habrá alguien degollado una gallina con mi nombre en el pradito, recitando maleficios en una lengua muerta mientras se esparcía pororó y pétalos de rosas (mis flores más repudiadas) sobre el ligeramente convulso cadáver de mi tocaya?
Y pensar que hasta hace una semana me creía viva por jactarme de mi odio hacia una importante parte de las cosas o costumbres ajenas, o bien hacia mí misma. Si las cosas siguen cuesta abajo, tendría que empezar a buscar nuevas motivaciones, sin filtros, no importa que esto implique fanatizarme a la fuerza con la repetición de Gran Hermano, o descubrir un hobby oculto, como cortarle el pelo a las muñecas, contar calorías o quemar gente que anda por ahí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario