martes, 28 de junio de 2011

Paul Miel.

Las paredes comienzan a rasgarse. Mi corazón tiembla. ¿Dónde está la salida? Doy gritos de ayuda, pero tú no me escuchas. Corro, corro como nunca corrí en mi vida, el cuarto da vueltas como un carrusel. Un carrusel de muerte... Las miles de puertas que hay en ese lugar sólo me hacen llegar al punto de inicio. ¡Oh, tempestad! ¿Por cuánto más seguirá mi alma en pena?
Una voz me contesta... "hasta que mi ausencia siga quemándote por dentro". Y las paredes se derrumban, sepultando mi cuerpo para siempre... Fin.



No, no tengo ganas de escribir sobre eso. Prefiero relatar cuántas ganas tengo de armarme un pequeño invernadero en mi cuarto, sellarlo a cal y canto, y quedarme boyando ahí dentro, hojeando Luna Teens y escuchando Molotov hasta que vengan los coraceros y me rompan los vidrios a cachiporrazos. Puede esto parecer salido de una conversación de gente que se conoce por chat y busca algo, cualquier cosa, de lo que hablar. Una conversación que es como una estufa de gas que pierde. Abomba, adormece y hace cabecear. ¡Pero no! Analice mis deseos con detenimiento....

¿Y? ¿Halló la metáfora oculta?

¿Qué dice? Tal vez narra cómo anhelo ocultarme bajo mis mil capas, hundirme hasta lo más profundo de mi caparazón, para renacer al fin, como una persona nueva, dar la cara a una vida llena de desafíos. Romper los vidrios que conforman esta jaula de cristal que no me permite tener coraje, que no me permite ser. Que me encadena... a un mundo lleno de inseguridad... cobardía... y fracaso.


¿Es esa su interpretación? ¿Sí?

Si pensó eso, es usted un inepto. Un zángano. Un papanatas. Un descerebrado, y un gil de cuarta. 


Pasame los puchos.
A veces uno sólo tiene ganas de quedarse viendo el mundo desde lejos, o bien, detrás de una red social, creyéndose un vivo bárbaro al toparse con personas que parecen boludas por decir que El Cisne Negro es una película enigmática que da paso a mil y un interpretaciones, pero que, al fin y al cabo, también se creen unos vivos bárbaros por ello.

¡Envidia! ¡Necesita usted sentirse más listo que otros para olvidarse de que el pantalón le hace flotadores! Me dirán.

Y yo contestaré: No. No, y sólo no.

No tengo ganas de argumentar.

No tengo ganas de seguir escribiendo.

No estoy deprimida. La vida no es una cagada. Pero sí hay gente que piensa que El Cisne Negro es una película enigmática que da paso a mil y un interpretaciones, y realmente, merecen un buen choque  eléctrico que les reestablezca el correcto funcionamiento de las neuronas.

2 comentarios:

  1. Sin duda! el hecho que una película con alto presupuesto se dignara a dar un mensaje mas allá del "el amor lo puede todo" o alguna pajeriada de esas, no quiere decir que sea perturbadora o algo parecido, no es más que un mensaje que han querido dar miles y miles de directores posteriores a esta con menor presupuesto y mas cabeza que solo unos pocos llegaron a saber de ello. Porque la gente es floja y quiere quedarse en su nube de pedos, en el que solo existe películas con alto presupuesto que tratan de amor o si te crees re heavy, jodido, te miras una de terror o mucha sangre, fin.
    Por cierto, da mucha envidia esa libertad y creatividad que tenes. Escribís muy bien!, realmente te felicito. Parece que tenes mucho para decir, eso es genial. Realmente espero que jamás te avergüences de pensar y expresarte plenamente, lo aplicarlo en tu vida diaria y no solo en este blog porque es muy importante.

    ResponderEliminar
  2. Decime que la parte de Luna Teens es joda... O sea, Molotov lo asocio a la adolescencia por cuestiones cronológicas, pero...
    Ah, y coincido con Emiliano en que escribís muy bien y etc :P
    Un saludo desde la Blogosfera XD

    ResponderEliminar