Parecía que sería aquella una madrugada de lo más normal
Facebook, chat y Twitter antes de irse a acostar
¡Nada estaba fuera de lugar ni parecía inusual!
Tanto así que en la presencia de aquel ser extraño era imposible sospechar.
Esperaba la misteriosa criatura a que su víctima durmiese
Merodeó ocultando con recelo su oscura intención, cual sea que ésta fuese
Al fin de puntillas se animó frente a la casa de la presa desenvainar
Una imensa olla de engrudo y una gran caja con el logo de Movistar.
De la caja sacó una colilla de cigarro mentolado
La colocó en el suelo y sobre ella pegó una segunda con el pegamento
¡Lo hacía como si se tratase de un trabajo muy delicado!
Repitió este proceso incontables veces entreteniéndose con algún que otro canto.
Un muchacho se levanta de la cama habiéndose hecho al fin mediodía
Bosteza y mira por la ventana adyacente al póster de una banda pro-anarquía
Horrizado, no da crédito a sus ojos, los cuales abre como platos
Su casa estaba rodeada por un muro blanco como las túnicas de los Santos.
Baja al patio y golpea las paredes del inmenso muro
Evidente era que un alfeñique como él no podría derrumbarlo
Éste era alto como la torre del reloj de Volver al Futuro
Arrodillóse a llorar, seguro de que su única compañía era un pequeño mirlo.
La responsable de todo aquello se escondía detrás de un roble
No podía estar más satisfecha de las consecuencias de su acto tan poco noble.
Se acercó y dijo "me quedaré a vivir aquí para siempre, espero que no sea una ofensa"
El chico corrió y se atrincheró en su cuarto, aún sabiendo que no le serviría de defensa.
Los primeros días él se asomaba cada tanto a bichar por la ventana
La criatura estaba instalada habiéndose traído colchón y cocina
A lo mejor, pensó, se aburrirá si mantengo cerrada la persiana
Pero en el fondo sabía que eso no destruiría la muralla de nicotina.
En medio de la desesperación, el chico intentó de todo para escapar
Usando gancho y cuerda llegó al tejado escalar
Cavó con cucharas un pozo de metros de profundidad
Pero todo esto no hacía más que fundir su poca dignidad
Con el paso de las semanas los recursos se fueron agotando
En la alacena ya quedaban pocas latas de sardinas
En el jardín hediondas bolsas de basura se fueron amontonando
Y ya sin Internet, la computadora sólo ofrecía el Buscaminas.
Habiendo pasado tres meses, tocó la criatura el tibre del muchacho
Abrió la puerta y no encontró más que un plato y un pancho
Bajo el mismo, una nota decía "Feliz Aniversario".
Se manducó el regalo, dejó el plato limpio en la puerta, y no emitió comentario.