martes, 16 de noviembre de 2010

Focas, focas, focas, focas, focas.

Cuando apagás la luz a las 3 de la mañana, todos los ruidos explotan y hacen un eco terrible.


AL IGUAL QUE TU AUSENCIA, QUE HIERE Y ARDE EN LA OSCURIDAD PROFUNDA DE MI EXISTENCIA.

No, mentira. Estoy embromando. Quería ver qué se sentía escribir una de esas frases pseudopoéticas emo.

Y las voces en mi cabeza me repiten "foca foca foca foca foca foca foca foca".

¿Sabés qué odio?

Odio hacer una siesta y despertarme a cada rato con miedo a que se me haga tarde, y mirar a cada instante el reloj del celular, dormir unos minutos más, volver a despertarme, tener miedo de que se me pase la hora, mirar el reloj del celular, dormir unos minutos más... y así se repite la secuencia hasta la infinidad del tiempo, como una espiral de espejos (eso no tuvo sentido).

Odio usar el baño ajeno, por más que explorarlos equivalga a una expedición en una galaxia desconocida salpicada de estrellas de colores (pudiendo uno entretenerse leyendo las instrucciones de uso de los tampones escondidos atrás del frasco de cepillos de dientes, o haciendo buches con muchos enjuagues bucales de distintos sabores), es terrible volver a encontrarse con el dueño de la casa, luego de haber pasado media hora encerrado como si de la peor diarrea del mundo se tratase.

Odio a esta gente:

Me ahorro los comentarios.


Odio esa decisión de si fumar el último cigarro a la ida o a la vuelta.

Odio escribir estas barrabasadas. 



Terminé.

3 comentarios:

  1. "Odio escribir estas barrabasadas" ..
    Algunos las leemos :)

    Un besito,

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  2. Idem a arriba xD ^

    Y con el baño y con la siesta me pasa exactamente igual xDDD

    Se que fui muy random y que aparecí de la nada (? Pero te vengo leyendo hace un tiempo y tus entradas me entretienen. Así que estaré siguiendo tu blog y estarás viendo comentarios mios por acá si no es mucha molestia.

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  3. Ah, ta, me quedo mas tranquilo. Es común :P

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